Y a veces me pregunto por que todo
tiene que ser tan difícil. Tan difícil en cuestiones del amor. Por que cuando
yo te quiero a vos, vos no me querés a mi
y cuando me empezás a querer yo ya no te quiero. Cual es el motivo de esta
atemporalidad tan caprichosa, es algo
que quizás nunca termine de entender. Los avatares del amor son tan
incongruentes y tan ilógicos, como
felices o tristes a lo largo de su camino. Camino plagado con rosas y
espinas.
Sería bueno preguntarse, antes de
efectuar cualquier análisis, que es el amor para cada uno de nosotros. Para algunos el amor es seguridad. Para otros
es contención, compañerismo y confianza mutua. Para los más fogosos y
pasionales, el amor es literalmente eso, fuego y pasión. Pero también están,
por supuesto, quienes no tienen formada ninguna opinión con respecto a este sentimiento.
Los que no saben lo que es el amor. Porque no les interesa o simplemente,
porque nunca lo vivieron.
Pernoctamos en una sociedad en la
cual la mayoría de los matrimonios se separa. El porcentaje de divorcios en la
actualidad supera ampliamente las cifras
de décadas anteriores. Esto se debe a que las personas ya no están dispuestas a
tolerar determinadas condiciones del otro. En que hay un ímpetu importante de
individualismo. Y en que el ser humano está cada vez más ávido de nuevas
emociones. Emociones que se pierden en la rutina del día a día y de la vida
conyugal. Cuesta cada vez más conformarse con lo habitual y se necesitan permanentemente diversos
alicientes para mantener una vida plena. Antes alcanzaba con el orden en el
hogar y la felicidad de los hijos. Después bastaban los logros en el trabajo. Más
tarde la solvencia económica. Y hoy en día no solo es menester tener cubiertas
todas estas áreas, sino que también es fundamental disponer de una alta dosis de pasión y locura para poder
sobrellevar una relación, sin pensar que se ha fracasado en el intento. Cuando
alguno de los elementos implicados falla o se transforma, debido al paso del
tiempo o a la vida que sucede, se desvirtúa el amor. Y se parte en busca de nuevas
emociones, que sacien el vacío provocado por estas falencias. Se tienen otras experiencias, se vuelve a
caer en el vacío provocado por las mismas y así sucesivamente. Y uno se
pregunta donde se encuentra el amor. Y
si realmente existe.
Yo creo que si, que existe. Y que
va más allá de la pasión y la locura. Que está relacionado con sentimientos
profundos. Con entendimientos de corazones. Con empatías de almas. Existe, y la
gente lo vive a diario. Solo que a veces esto sucede con la persona equivocada.
Con la persona que no tiene que ser. Y eso es lo triste. Y es ahí cuando algo
tan maravilloso como es el amor se convierte en una situación difícil, que
provoca momentos intensos de felicidad, como así también momentos de profunda
angustia y sufrimiento.
“Por que es tan cruel el amor,
que no me deja olvidar, que me prohíbe pensar, que me ata y desata, y luego de
a poco me mata…” canta el guatemalteco Ricardo Arjona.
Efectivamente, el amor no deja
pensar. El amor no entiende de razones. El amor se siente y no se comprende.
Cuando uno busca entender las razones del amor, es por que definitivamente ya no lo siente. O no lo debe sentir. Y se pregunta ¿Por qué todo tiene que ser tan
difícil?
Besos y hasta la próxima!!!